Ya sea que hayas soñado con la maternidad desde que eras una niña o que
hayas tomado la decisión de ser mamá de una manera más pragmática, digamos, ya
entrados los 30, tener un hijo puede ser tan aterrador como maravilloso. Se
trata de tener una vida en tus manos, de un nuevo ser que depende por completo
de ti y eso no es un sentimiento precisamente tranquilizador. Sin embargo, la
mayoría de las madres coincide en que con el pasar de los días y, en la misma
medida en que tú y tu bebé se van conociendo, ese miedo va disminuyendo para
darle paso a la confianza y a la complicidad entre los dos.
Sin importar que estés empezando la aventura de la maternidad o que
tengas ya algunos meses de experiencia y te sientas más segura, recibir
consejos realmente prácticos nunca está de más, y los que te traemos pueden
darte gran tranquilidad y arrojar luz en los momentos de incertidumbre o
dificultad de esta nueva etapa.
1. Cuida
la temperatura del espacio en donde el bebé pasa mayor tiempo. Esto aplica siempre, pero
en especial las primeras semanas de vida del bebé, ya que tras pasar 9 meses en
un espacio calentito y acogedor, prácticamente cualquier área estará un poco
fría para su comodidad. ¿Qué tan abrigado debe estar? Los expertos sugieren vestirlo
con una capa más de ropa que los adultos y mantener su habitación, la tuya, o
donde vaya a estar el bebé, a una temperatura agradable. Contar con un aire acondicionado
como los nuevos Wind-Free de Samsung será de gran ayuda, pues su tecnología
permite mantener los espacios a la temperatura ideal, sin fluctuaciones ni
indeseables corrientes de aire que vayan a darle directamente a tu bebé,
pudiendo enfermarlo o hacerlo despertar por el frío. Ponlo en modo Good Sleep y
listo.
2. Trata
de establecer una rutina y mantenerla. Guiarte por una rutina es uno de los
hábitos más útiles en la etapa de adaptación a tu nueva vida como mamá, pero
además es excelente para tu bebé, quien la necesita para sentirse seguro en
este nuevo ambiente, fuera del útero. Lograr mantener los actos cotidianos en
un orden específico que se repita más o menos del mismo modo todos los días les
dará a ambos la sensación de estabilidad que tanto necesitan y, en particular,
le dará al mundo del bebé una especie de esquema que lo hará más predecible y
seguro para él.
3. Facilítate
la vida a la hora de realizar las tareas domésticas. Si hay un momento en el
que la tecnología y sus nuevos avances son de gran utilidad, es cuando te
acabas de convertir en mamá, en especial cuando a tareas del hogar se refiere.
Hazte de electrodomésticos que te hagan el trabajo más fácil, que trabajen para
ti, como los nuevos microondas, lavadoras y refrigeradoras Samsung. Desde sus
funcionalidades, características Smart y hasta su diseño, fueron pensados
específicamente para que puedas dedicar menos tiempo a las tareas domésticas y
más tiempo a las cosas que verdaderamente importan, como el nuevo integrante de
la familia.
4. Duerme
cuando tu bebé duerma… más o menos. Si hay un consejo que escucharás de
prácticamente todo el mundo, sí, del que se lo pidas o del que no, es
“aprovecha para dormir cuando tu bebé duerma”. Y aunque para muchas madres es
un fastidio escuchar esto tan poco realista, tiene un punto de razón. Sabemos
que seguramente tienes mil cosas que hacer en esos pocos momenticos en que no
estás cuidando a tu pequeño noctámbulo, pero es importante que trates de ser
menos estricta con las tareas de la casa. Para mantener la cordura en esta
etapa de tu vida necesitarás aprender a vivir con algo de desorden. Cuando ya
conozcas los hábitos de sueño y actividad de tu bebé, trata de planificar lo
que harás en los momentos en los que esté tomando la siesta e incluye el
descanso en tu lista de tareas, aunque eso implique que los platos pasen más
tiempo en el fregadero. Lo necesitas para seguir funcionando.
5. Pide
ayuda. A
algunas nuevas madres les cuesta dejarse ayudar por su pareja o familiares,
pues sienten que es su deber cuidar y ocuparse de todo lo del bebé. Sin embargo,
atender a un niño pequeño es una labor tan demandante, que necesitarás toda la
ayuda que puedas recibir. Bien lo dice el proverbio, “se necesita de un pueblo
completo para criar un bebé”. Así que no dudes en pedir ayuda con las tareas de
la casa o con tu criatura cuando te sientas cansada o estresada, y mucho menos
en aceptarla cuando alguien te la ofrece de buena gana. Recuerda que es un
trabajo de equipo y que su papá también debe aprender a entender al bebé. En
cuanto a tus allegados, ellos quieren estar ahí para ti. Déjalos.
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