miércoles, 26 de febrero de 2020

Ideal para consumir frío en verano o caliente en invierno, el té aporta múltiples beneficios para la salud física y mental


Con la llegada de la estación más calurosa del año, el té frío resulta una bebida con variedad de sabores y aromas muy beneficiosa para incorporar al consumo diario y mantener una hidratación adecuada.  Además de poseer efectos estimulantes y antioxidantes, el té aumenta la concentración y el estado de atención y contribuye a la salud cardiovascular. Consumida en todo el mundo, se la considera una bebida milenaria con más de 500.000 años de existencia. La planta de té es cultivada en alrededor de 30 países donde se destacan Rusia, Argentina y Brasil como importantes productores. Se prepara con las hojas de la planta Camelliasinensis y de acuerdo a como se procese una vez cosechada, se pueden obtener distintas variedades de té. Cuando las hojas se tratan con vapor o calor retienen su color original y se obtiene té verde. Cuando las hojas se dejan oscurecer naturalmente sin tratarlas y se oxidan se obtiene té negro. Además, existen otras variedades como el Orange Pekoe (o Pekoe naranja) que es un tipo especial de té negro de alta calidad compuesto puramente de los nuevos brotes de esa misma planta. Tiene compuestos con actividad antioxidante, por lo que ayuda a combatir el envejecimiento. Contiene naturalmente cafeína, que estimula el sistema nervioso, ayudando a mantener la sensación de alerta.
El de Herbalife Nutrition concentrado en hierbas, de sabores Original y Limón, es una bebida en polvo que combina té verde y extracto de orangepekoe con semillas de cardamomo e hibisco. Muy fácil de preparar, ya sea frío o caliente, posee las mismas propiedades beneficiosas que cualquier otra variedad y resulta ideal en cualquier momento del día o para acompañar desayunos o meriendas.
En Oriente, el consumo de esta milenaria bebida está también ligado a la medicina tradicional. Tanto en la India como en China, los libros de medicina tradicional enumeran diferentes beneficios asociados al consumo-estimulante suave del sistema nervioso, diurético, astringente y cardiotónico- y también al uso de los diferentes tipos de té, siendo el té verde la variedad más mencionada -tratamiento de la temperatura corporal, promoción de la digestión y mejora de los procesos mentales cognitivos-.
Las primeras evidencias escritas del consumo de té en la región de Asia datan del año 2700 a.C. Según la leyenda China descripta en el Cha Ching (Tea book), el té fue descubierto accidentalmente por el Rey Shen Nong. En la India, su consumo también se registra desde años remotos y según la leyenda, fue un antiguo Príncipe quien llevó desde China a la India la planta del té, iniciando su tradición de consumo y diferentes usos. La evidencia botánica también indica que el té tiene sus orígenes en China y en India, y que luego fue introducido en occidente por los comerciantes turcos en el siglo VI. Comienza así su larga tradición comercial, siendo los alemanes, primero, y luego los británicos quienes introdujeron la bebida en Europa.                                                                                         


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