La
infraestructura es la piedra angular del bienestar económico y social de un
país, ya que sustenta el transporte eficiente de personas y productos;
suministra servicios esenciales como agua, saneamiento y electricidad; provee
espacios para la educación, salud y funciones judiciales y hace posible el
comercio, el entretenimiento y el ocio. Siendo así, el nivel de calidad de vida
de los guatemaltecos, gira en torno al nivel de calidad de infraestructura con
el cuente el país.
Los países de la
región centroamericana, a excepción de Panamá,
figuran entre las economías con la peor infraestructura del planeta, en
el ranking de infraestrutura del Foro Económico Mundial (FEM), por factores
como la ineficiente e insuficiente inversión, una mala planificación y gestión
de la infraestructura, la baja capacidad de ejecución de proyectos y la
concepción antigua de que el papel de Estado debe ser el de encargarse de
planificar, ejecutar, administrar y regular la infraestructura de los países.
Guatemala se
coloca en la posición 100 de 137 países evaluados en este ranking.
De acuerdo
con Enrique Oliveros, Socio Líder en Infraestructura y Financiamiento de EY, “La
Infraestructura juega un rol
vital en nuestras vidas: internet,
servicios de telefonía, colegios. Pero es importante invertir para conseguir
infraestructura de buena calidad”. Empero se reconoce que en Guatemala se debe
construir desde cero la infraestructura necesaria, lo cual implica inversiones
grandes.
Sin embargo,
Guatemala ha dado un paso importante con el lanzamiento de al menos 6 proyectos
de indudable importancia para el país, incluyendo: proyectos en
infraestructura de interconexión terrestre, modernización y ampliación de
infraestructura aérea; movilidad urbana y otros que están en proceso de
factibilidad.
“Muchas veces se
nos olvida que la inversión en infraestructura no solo conlleva importantes
ahorros en gasto de combustible, contaminación y tiempo de la ciudadanía,
sino que también produce un importante efecto en el crecimiento económico a
largo plazo. Debido a ello, hoy el gobierno guatemalteco tiene el desafío de
lograr el inicio de la ejecución exitosa de los proyectos que tiene en cartera,
detalló Artavia.
Para Gustavo
Ortiz, Líder de infraestructura y financiamento de EY Regional, entre los retos
de Guatemala está la socialización del proyecto con las comunidades
involucradas, lograr la aprobación legislativa, atraer el máximo número de
inversionistas a los concursos, y lograr
que la banca local e internacional se interese por financiar los proyectos.
Menciona lo ventajosas que son “Se brinda al país la oportunidad de que las empresas propongan diseños y
den mantenimiento a largo plazo para garantizar calidad en el servicio”
En los últimos
años la participación privada en la inversión de infraestructura en
Latinoamérica ha representado un 40%, donde las Asociaciones Público-Privadas
cada vez juegan un papel más relevante para la participación del sector
privado en el diseño, construcción, financiamiento, operación y
mantenimiento de infraestructura.
El avance en la
calidad de la infraestructura que presentan países como México, Colombia,
Perú, Chile y Brasil, se debe en gran parte a que han podido diseñar modelos
exitosos de APPs para la participación privada en el suministro de
infraestructura.
¿Cómo lograr una APP exitosa?
Para incentivar
el desarrollo de las APP, lo primero es dar a conocer a la ciudadanía y a las
instituciones del Estado, las ventajas que traen los APP como mecanismo de
suministro de infraestructura.
Para que un
proyecto de APP sea exitoso, se tiene que estructurar buscando cuatro objetivos
principales, todos de igual importancia.
1.
Satisfacer las necesidades y expectativas
de la ciudadanía: La ciudadanía es
por y para quien, se crea una asociación de este tipo. El conocimiento de sus
características, necesidades y expectativas, son claves para el éxito del
proyecto, pues son los que finalmente deciden la demanda del proyecto, de la
cual depende su viabilidad financiera.
2.
Solución técnicamente eficiente: se
tienen que alcanzar los requerimientos técnicos mínimos que hacen que el
proyecto cubra eficientemente las necesidades que el proyecto busca satisfacer.
Se tiene que tener siempre en cuenta que la solución a diseñar, debe de estar
dentro de un presupuesto que haga que el proyecto sea comercialmente viable.
3.
Su viabilidad comercial: los riesgos del proyecto y su rentabilidad,
tienen que ser atractivos para que un Inversionista Privado tenga interés en
desarrollar el proyecto. La regla es que el riesgo debe de quedar en la parte
que puede administrarlo de la mejor manera y al menor costo. El proyecto a
desarrollar, más que un proyecto de ingeniería o servicios, es un negocio, y
como todo negocio, tiene que ser comercialmente viable para que pueda
implementarse exitosamente.
4.
Su bancabilidad: las entidades
financiadoras tienen que estar de acuerdo con la distribución de riesgos y las
condiciones del proyecto a financiar. Es importante siempre recordar que sin
financiamiento no existe proyecto, no importa que tan bueno sea técnicamente
el proyecto. Dado que un proyecto de infraestructura al momento de buscar su
financiamiento no está construido ni operando, el financiamiento se basa en gran
parte en los estudios de factibilidad.
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