Cualquier
circunstancia es buena para aprender a ordenar nuestras finanzas. Contar con un
equilibro financiero y sostenerlo en el tiempo es la base para llevar una vida
sin sobresaltos pese a las coyunturas que nos toque vivir.
Pero
¿qué significa gozar de un equilibrio financiero? Significa contar con el
dinero suficiente para cubrir los gastos mensuales y destinar, incluso, una
parte para el ahorro, el cual pueda ayudar a afrontar imprevistos de cualquier
magnitud.
Según
especialistas de Aprende y Crece, programa de educación financiera del Banco
Azteca, esta dinámica debería ser replicada por cada trabajador, pues la
liquidez no solo nos ayuda a tener disponibilidad, sino que también se
convierte en un buen amparo cuando se necesite solicitar un préstamo en una
entidad financiera.
Aquí los cuatro elementos que
componen el equilibrio financiero:
1.
Manejo
diario de las finanzas. Es la
capacidad de asignar de manera efectiva los recursos financieros día con día,
es decir, tomar decisiones racionales y no impulsivas cuando de gastar se
trate.
2.
Fortaleza
financiera. Es el conjunto de
acciones tomadas para superar cualquier tipo de imprevisto que enfrente las
finanzas personales como practicar el ahorro o acceder a productos financieros
como créditos o seguros; que permiten disponer de un capital extra para superar
diversas contingencias.
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