miércoles, 24 de agosto de 2016

Rompiendo mitos sobre la leche y su consumo

 La leche es un producto nutricional fundamental para la supervivencia de los seres humanos. Se trata de una suspensión líquida con contenido equilibrado de todos los macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), distintos minerales, vitaminas y electrolitos.

“Entre los valores agregados de la leche, se cita el alto contenido de calcio, que se mantiene en otros derivados como el queso o el yogur, siendo así que una porción contribuye con alrededor del 30% del calcio diario recomendado, un consumo de calcio suficiente es importante para prevenir problemas de salud de los huesos como la osteopenia y la osteoporosis, en especial en mujeres después de la menopausia y en personas de edad avanzada de ambos sexos”, indicó Daniel Guerrero, Gerente de Nutrición de Grupo LALA.

Por otra parte, la masificación del consumo de la leche y sus derivados ha dado lugar al desarrollo de la industria láctea, y con ello la creación de empleos. Por consiguiente, la importancia de la leche no se limita a su solo rol alimentario, sino que ha dado lugar a un verdadero motor de la actividad económica.

Por lo anterior han surgido numerosas creencias falsas relacionadas con el consumo y las propiedades de la leche. Algunas han llegado hasta nuestros días, hoy aclararemos algunas:

MITO
Las proteínas de la leche de vaca no se pueden digerir bien

REALIDAD
Al contrario, la proteína de la leche de vaca es considerada de alta calidad nutrimental debido a que además de aportar todos los aminoácidos esenciales, es fácil de aprovechar y digerir.

MITO
 La leche es sólo para los niños

REALIDAD
Dado su aporte de calcio y proteínas, es innegable que la leche tiene un rol relevante en el desarrollo de huesos y músculos en los niños, sin embargo ello no significa que los componentes de la leche no sean necesarios también en la edad adulta, en donde los huesos se mantienen haciendo un recambio constante del calcio viejo por calcio nuevo o los músculos también requieren recuperarse y mantenerse para lo cual ciertos aminoácidos de la proteína de la leche sirven muy bien.

MITO
Le leche engorda

 REALIDAD
No, al contrario, el consumo de lácteos puede ayudar al control de peso. Hay evidencia que sugiere que un mayor consumo de lácteos ayuda a reducir el riesgo de tener obesidad y sobrepeso, personas que se ponen en un régimen para bajar de peso, pierden más libras aquellos quienes incluyen lácteos que aquellos quienes los dejan fuera. 

MITO
La leche cruda es más sana y más nutritiva que la pasteurizada

REALIDAD
No, la pasteurización surgió como un proceso que se da a la leche para hacerla microbiológicamente segura de consumir, ya que el proceso elimina las bacterias nocivas eliminando diversas enfermedades que se daban por el consumo de leche bronca contaminada.

MITO
Si el colesterol sanguíneo es alto, se debe reducir o dejar de consumir leche y productos lácteos

REALIDAD
Ha sido un área de controversia en la investigación científica respecto de la leche, históricamente se ha asociado una mayor ingesta de grasa saturada con enfermedades del corazón, hay otros componentes en la leche que han mostrado tener factores protectores. De tal manera que hacia donde se ha inclinado el consenso es a recomendar que aquellas personas con problemas de peso, diabetes, enfermedad cardiovascular o colesterol alto prefieran mejor el consumo de leche descremada, la cual tiene un menor aporte de grasa, pero mantiene el resto de los atributos nutrimentales de la leche.

MITO
El consumo de leche puede provocar diabetes tipo 2

REALIDAD

Al contrario, hay estudios que han mostrado que el consumo regular de lácteos puede reducir de manera significativa el riesgo de padecer diabetes.                                                                                         

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