El vuelo o Festival de los Barriletes Gigantes, es una de las ceremonias de mayor colorido y originalidad dentro las tradiciones populares de Guatemala y se desarrolla desde hace 120 años por los pobladores del Municipio Santiago Sacatepéquez, Departamento de Sacatepéquez, el cual es un evento cultural espiritual de gran valor, tanto para los nacionales como para los extranjeros.
“Según los datos de investigación de mercados del INGUAT, en el 2018, más de 99 mil visitantes llegaron a Santiago Sacatepéquez y Sumpango para apreciar el arte y tradición de los enormes barriletes, generando una derrama económica de Q12.71 millones. Para el presente año, se espera un incremento de del 10 por ciento más con respecto a las visitas e inyección a la economía para estos lugares” detalló el subdirector general del INGUAT, Juan Pablo Nieto.
El funcionario agregó que el ente rector del turismo, otorgó un aporte económico de Q35,000 a la Asociación Santiaguense para el Desarrollo Cultural, con el fin de apoyar y preservar esta manifestación cultural que se desarrolla en el cementerio de la localidad el 1 y 2 de noviembre de cada año.
Para el INGUAT es importante fomentar las actividades que promueven y resaltan las manifestaciones culturales y riqueza natural del país, lo cual es un legado del patrimonio intangible de la nación, por lo que se busca motivar a los guatemaltecos a participar de las festividades culturales del país, como la apreciación de los barriletes gigantes que se realizan año con año, con lo cual también se pretende fomentar el turismo nacional e internacional.
Historia de los Barriletes Gigantes
Investigación del Licenciado Celso Lara Figueroa, en su artículo sobre el significado de la Cosmogónica de este fenómeno de la cultura tradicional de Guatemala.
“Esta actividad es aislada del resto de manifestaciones sociales tanto de carácter popular, como tradicional de la cultura campesina de origen mayense, con fuerte raíz prehispánica. Los barriletes de Santiago Sacatepéquez representan la unión del inframundo con el mundo de acuerdo a los criterios cosmogónicos de los indígenas Kakchiqueles de Santiago Sacatepéquez. El día de Todos los Santos tiene poco que ver con los santos del cielo y católicos y se enfoca casi exclusivamente sobre los muertos del inframundo, los ancestros de Santiago, los antepasados.
Es interesante apuntar que para los antiguos, al alba del primero de noviembre, el Dios Mundo libera a las almas de los antepasados del inframundo y durante veinticuatro horas los espíritus tienen libertad de visitar los lugares en que vivieron y sobre todo a sus ancestros vivientes. Los vivos, por su parte tienen que estar preparados para recibir a sus espíritus, porque si éstos no encuentran buena acogida dentro de su familia, son capaces de infligir daños a las cosechas, provocar enfermedades y atentar contra la vida de los mismos.
Los comunitarios cuentan
Según la historia, en el cementerio general de Santiago, las ánimas malas no dejaban descansar a las ánimas buenas. Por lo que recurrieron a guías espirituales para determinar que estaba ocurriendo, quienes explicaron que debían inventar algo que hiciera ruido en el aire para ahuyentar a las ánimas malas y dejar a las buenas descansar. Inicialmente realizaron una circunferencia con hojas de plátano que volaba en el aire, las cuales evolucionaron hasta lo que ahora se conoce. Se estima que el proceso para elaborar un barrilete conlleva alrededor de 5 meses de acuerdo a las dimensiones que puede llegar hasta los 20 metros”.
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