Es importante
recordar que, como consumidores cumplimos un papel
importante dentro de la seguridad e higiene de los alimentos. Las
industrias alimentarias y los distribuidores cuidan los productos desde su
producción hasta que el consumidor lo adquiere, y a partir de este punto, son
los consumidores quienes cuidan
de la inocuidad del producto hasta que lo
consume.
Es importante mantener buenas
prácticas al momento de la adquisición de los alimentos, así como en el hogar.
En el supermercado, se deben escoger los productos acorde a las necesidades y el etiquetado. Este
último es una herramienta de
comunicación con el fabricante que le permitirá tomar una decisión informada.
Respecto a la seguridad alimentaria del producto, debe
tomar en cuenta dos elementos: la fecha
de vencimiento o consumo
preferente y las condiciones especiales de conservación y utilización. Ambos
dependen del otro, de modo que el consumidor, además de verificar la fecha en
el envase, debe asegurarse de conservar el producto de manera adecuada.
Después
de adquirir el producto en el supermercado es momento de llevarlo al
hogar. El transporte inadecuado (por
temperatura o tiempo) puede
deteriorar el alimento. De hecho, los
productos que deben conservarse refrigerados son los que presentan mayor riesgo
de alteración por rotura de la cadena de frío.
Buenas prácticas para el
consumidor
·
Lleve al supermercado una lista de los productos que necesita.
·
Revise la fecha de vencimiento o
consumo preferente, antes de adquirir el alimento.
·
Verifique
que el envase se encuentre en buen estado. No
compre aquellos que estén golpeados, rotos o no tengan el sello de seguridad.
·
Almacene
inmediatamente los alimentos congelados en el refrigerador. Si
empiezan a descongelarse, no puede congelarlos de nuevo.
·
Ordene
los productos por prioridad de consumo, es decir, los productos
de consumo próximo deben estar de primeros.
·
Deseche
cualquier alimento con moho, mal aspecto, sabor u olor extraño.
·
En la despensa debe
almacenar los alimentos que puedan mantenerse a temperatura
ambiente. En el caso de los alimentos
esterilizados, una vez abierto el envase debe refrigerarlos.
Recuerde siempre
revisar que los alimentos o bebidas que mantenga en su hogar o haya comprado conserven
una apariencia y olor agradables, en caso contrario evite consumirlos.
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