La industria manufacturera global se ha caracterizado por innovar: desde nuevos estándares de operación hasta la integración de diversos sectores e industrias, ahora, enfrenta el reto de avanzar de manera coordinada en la adopción de nuevas soluciones tecnológicas para fortalecer esquemas ya existentes de logística, suministros, producción, con equipos que están operando de manera cada vez más remota y dispersa, en un nuevo entorno comercial, laboral y normativo.
En la medida en que predominen las tareas repetitivas, que siguen reglas y estándares, con grandes cantidades de información sin apoyo de la tecnología, será una barrera en términos de mayor agilidad e integración entre los participantes de la cadena de valor, en especial, cuando sería mucho más positivo y viable dedicar el tiempo de las personas a tareas de mayor impacto en vez de estos aspectos recurrentes.
Uno de los aliados para esta creación de valor y agilidad en la nueva normalidad está en la automatización de procesos -RPA, por sus siglas en inglés- las cuales pueden integrar distintos procesos y aspectos -dependiendo de la complejidad y naturaleza del negocio- para que las empresas puedan liberar el tiempo que destinan en ciertas tareas, como la generación de reportes, revisión de correos, conciliaciones de datos administrativos, por mencionar los más comunes.
De acuerdo con el análisis de la firma Deloitte “Encuesta Global de Tendencias de Capital Humano 2019”, el 86% de las empresas encuestadas aseguraron que sus expectativas de mejora de la productividad con la implementación de RPA se cumplieron o fueron superiores, al desarrollar las tareas de forma más rápida, las 24 horas, 7 días a la semana y libre de errores, lo que significó un ahorro de tiempo y optimización de costos.
Tan solo en Estados Unidos, los proyectos de automatización de procesos relacionados con la cadena de suministro, implementados en un solo aspecto como la captura automática de órdenes, pueden incrementar la rapidez de procesamiento hasta en un 75%, con un consiguiente ahorro en costos y mejora en eficiencia.
Dado el nuevo entorno, el reto de la industria manufacturera será reducir, en lo posible, aquellos aspectos que representen una fricción en la cadena para reducir los tiempos de ejecución, incrementar el control general durante la operación, minimizar el error humano en tareas repetitivas de administración o en la entrega de ciertos reportes obligatorios por la nueva normatividad.
La situación global que han enfrentado las cadenas de valor locales y globales, en este 2020, ha dejado clara la importancia de la continuidad de negocios en entornos con alta incertidumbre. En la medida en que las organizaciones puedan adaptarse y complementar la infraestructura tecnológica y humana con la automatización de procesos operativos y administrativos se lograrán cadenas de producción de alto valor y también un sector cada vez más resiliente, ágil y eficiente, con un impacto positivo más allá de las fronteras locales.
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