A veces, puede resultar difícil interpretar por qué sientes hambre todo el tiempo, sobre todo cuando aparece poco después de haber comido. Esto puede ser especialmente frustrante cuando estás haciendo un esfuerzo consciente, al elegir alimentos más naturales para bajar o mantener un peso saludable.
Hay
muchas razones que pueden estar provocando un aumento en tu apetito; pero lo
que comes y las bebidas que ingieres pueden ser los principales culpables
debido al efecto que tienen sobre tu glucosa; aunque el estrés, el sueño, el
ejercicio también pueden contribuir a que sientas hambre más a menudo.
Tipos
de hambre
El
hambre física es un mecanismo sencillo y directo: el cuerpo envía
señales que nos indican la necesidad de alimentarnos, y al hacerlo, estas
sensaciones desaparecen. Por lo general, el hambre se manifiesta con el clásico
rugido en el estómago, pero también puede presentarse como falta de energía,
dificultad para concentrarse, mareos o incluso vértigo.
La
Dra. Yumaira Chacón, gerente médico senior en Abbott, explica que “detrás de
estas señales se encuentra una necesidad fisiológica fundamental: la demanda de
energía. Este proceso está regulado por la hormona grelina, un mensajero
químico que circula por la sangre y activa una 'alerta de hambre', pidiéndonos recargar
nuestro organismo”.
Sin
embargo, los seres humanos no somos tan simples, vivimos en un mundo lleno de
estímulos y distracciones que a menudo nos desconectan de estas señales básicas,
entonces es posible no "sentir" hambre o ignorar que nuestro cuerpo
nos está pidiendo atención.
También,
existe el hambre hedónica, término utilizado para definir el hambre sin
necesidad calórica1, la cual puede surgir por razones diferentes al
hambre física, como los hábitos, el aburrimiento o el entorno, convirtiéndose
en el motivo más común por el que sientes hambre con frecuencia.
Conexión
entre glucosa y hambre
La
glucosa, principal fuente de energía del cuerpo, está directamente relacionada
con la sensación de hambre. Cuando los niveles de glucosa en sangre descienden,
surge la necesidad de comer, desencadenando lo que conocemos como hambre física
real. Sin embargo, un pico repentino de glucosa, seguido de una caída abrupta,
puede generar la misma sensación de hambre, incluso cuando el cuerpo no
necesita más calorías.
Los
alimentos y snacks ricos en carbohidratos o azúcares suelen ser los culpables
de este fenómeno. Al consumirlos, los niveles de glucosa en sangre se disparan,
lo que desencadena la liberación de grandes cantidades de insulina. Esta
hormona, diseñada para equilibrar los niveles de glucosa, a menudo provoca una
caída drástica, conocida como "bajón de glucosa".
¿Por
qué sientes hambre todo el tiempo?
1.
No comes lo suficiente.
planeados.
Puede que te sientas tentado a eliminar los carbohidratos y el azúcar, pero
reducir demasiado las calorías sin consumir suficientes grasas saludables y
proteínas puede dejarte con sensación de hambre y obstaculizar tu progreso.
Aunque
es posible que sientas hambre cuando estés en un déficit calórico intencionado,
es posible que tengas que experimentar con tus comidas y refrigerios para
encontrar lo que te mantenga satisfecho sin salirte del plan.
2.
Eres una persona activa
Hacer
ejercicio aumenta la necesidad de energía. Ciertos tipos de ejercicio, como los
entrenamientos de alta intensidad, pueden quitarte el apetito durante un breve
periodo de tiempo; pero luego vuelve con más fuerza. Se trata simplemente de
que los músculos piden más combustible.
Si
haces ejercicio con regularidad, puede que notes que necesitas comer más y esto
es normal. Para asegurarte de que estés recargando energía después de los
entrenamientos, incluye proteínas, grasas y carbohidratos complejos y
rehidrátate.
3.
Te estás equivocando con las proteínas.
La
proteína es saciante, lo que significa que te sentirás satisfecho durante más
tiempo después de comer mayores cantidades de este importante macronutriente.
Si tienes hambre poco después de comer, te apetecen dulces por la tarde o
necesitas postre después de cenar, es posible que no estés comiendo suficientes
proteínas.
Prioriza
las proteínas en todas las comidas y tentempiés, con un objetivo de incluir al
menos 30 gramos en las comidas y 15 gramos en los refrigerios, hasta alcanzar
un objetivo diario de 0.7-1.0 gramos de proteínas por kilo corporal ideal. Por
la mañana, rompe el ayuno con 30 gramos de proteínas en la primera comida y
observa si el hambre se mantiene a raya (y estabiliza la glucosa).
4.
No duermes lo suficiente
Los
estudios demuestran que se come más después de dormir menos.2 Quedarse
despierto hasta tarde puede dar lugar a picar algo para intentar mantenerse
despierto, y dormir menos de seis horas puede dejarte con más hambre. Se ha
demostrado que un sueño inadecuado altera las hormonas que regulan el apetito:
la leptina y la grelina.3
5.
Temes a la grasa
Al
igual que las proteínas, las grasas son muy saciantes. No hay por qué temer a
las grasas saludables como los frutos secos, las semillas, el aguacate, la
mantequilla de frutos secos y los aceites vegetales como el de oliva y el de
coco.
Añadir
grasas saludables a tu dieta te mantendrá saciado durante más tiempo, te
ayudará a estabilizar la glucosa y a frenar el hambre. Mezcla crema de
almendras con avena, prepara una ensalada con aceite de oliva y jugo de limón,
come aceitunas y queso o añade frutos secos y semillas al yogurt griego.
6.
Te olvidas de la fibra.
La
fibra es saciante porque ralentiza la digestión, haciendo que los alimentos
permanezcan más tiempo en el estómago. Como la fibra no se digiere, sino que
pasa directo por el tracto gastrointestinal, llena con menos calorías y retrasa
el aumento de glucosa de la comida.
Algunos
alimentos ricos en fibra son las frambuesas, las almendras, el aguacate, las
semillas de chía y los frijoles.
7.
Estás estresado
El
estrés provoca un aumento del cortisol, hormona que eleva la glucosa. Esto
puede hacer que sientas hambre y busques alimentos azucarados y ricos en
carbohidratos.
Aunque
estos alimentos pueden resolver el hambre física, no frenan la sensación de
estrés. Puede que te sientas feliz después de comer ciertos alimentos, pero
esto puede durar poco, ya que sólo estás apaciguando los centros de recompensa
de tu cerebro (especialmente si optas por alimentos ultraprocesados con mucho
azúcar y carbohidratos).4
¿Cómo
puedes controlar el hambre?
Si
tienes la sensación de tener hambre todo el tiempo, la Dra. Chacón, gerente
médico senior en Abbott, te recomienda consultar la lista anterior y comprobar
si alguna de las razones aplica a tu caso. La mejor forma de saciar el hambre
es comer, y las distintas comidas tendrán un efecto único sobre el hambre, prueba
varias combinaciones de alimentos para ver qué opciones te dejan realmente
satisfecho y saciado. Un enfoque equilibrado que combine abundantes verduras,
proteínas magras y grasas saludables te mantendrá más saciado y estabilizará tu
glucosa.
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