¿Sabías que el
planeta Tierra está cubierto por un 70% de agua? Además, el océano produce al
menos el 50% del oxígeno del planeta, alberga la mayor parte de la
biodiversidad de la tierra y es la principal fuente de proteínas para más de
mil millones de personas en todo el mundo. Es por estas y muchas razones más
que el 8 de junio celebramos el Día Mundial de los Océanos. Sin embargo, a pesar
de la importancia que representa para la humanidad,
en la actualidad se encuentran amenazados e inundados de plástico desechable y
microplásticos.
Las principales
consecuencias del consumo de los plásticos de un solo uso por parte de los
humanos está en como este termina afectando a los océanos. Antes de que un
trozo de plástico llegue a mar abierto, antes de que se hunda y llegue al fondo
del océano, lo más probable es que ese plástico haya sido depositado en alguna
de nuestras costas. Todos los años se vierten al océano alrededor de 13
millones de toneladas de plástico, explica Sergio Izquierdo, fotógrafo
conservacionista y director de la organización Rescue the planet. Según ONU Medio Ambiente, esto equivale
a vaciar el contenido de un camión de basura en el océano cada minuto.
Contaminación
por plásticos
El plástico es
la fracción más grande, más dañina y más persistente de los desechos marinos, y
representa al menos el 85% del total de esos desperdicios, según el documento, titulado
De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina
y la contaminación por plásticos. Además, advierte que, para 2040, los
volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una
cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. Esto significa alrededor
de 50 kilogramos de plástico por metro de costa en
todo el mundo.
Al respecto
Sergio Izquierdo director de la organización Rescue the planet refiere
que todas las especies marinas, desde el plancton y los moluscos, hasta las
aves, las tortugas y los mamíferos, se enfrentan a riesgos de intoxicación,
trastornos del comportamiento, inanición y asfixia. Los corales, los manglares
y los pastos marinos además están sofocados por desechos plásticos que les
impiden recibir oxígeno y luz.
Otro de los
efectos de esta contaminación en los océanos es la presencia de microplásticos
en la cadena alimenticia. El plástico presente en el agua va descomponiéndose
en microfragmentos que son ingeridos por la fauna marina, lo cual provoca que
estos se introduzcan en nuestra alimentación. En 2016, según un estudio de la
FAO, hasta 800 especies de moluscos, crustáceos y peces ya sabían lo que era
comer plástico.
Motivos
para proteger los océanos Cada
En cuanto al
costo económico la basura marina y la contaminación del plástico afecta,
además, a la economía mundial. Los costos que acarrea la contaminación por
plásticos en el turismo, la pesca, la acuicultura y otras actividades, como las
limpiezas, se estimaron en entre 6.000 y 19.000 millones de dólares en 2018. Y
se proyecta que para 2040 el riesgo financiero anual podría ser de unos 100.000
millones para las empresas si los gobiernos exigen que cubran los costos de la
gestión de residuos en los volúmenes esperados.
Una estrategia que conlleve una
solución única destinada a acabar con la contaminación será inadecuada para
reducir la cantidad de plásticos que llegan a los océanos. Se necesitan
múltiples intervenciones en la producción y uso del plástico. Por ejemplo:
-
las políticas de economía
circular
-
la eliminación progresiva de
productos y polímeros innecesarios, evitables y problemáticos
-
la adopción de instrumentos
fiscales como impuestos, tasas y cargos
-
los sistemas de
depósito-reembolso
-
los sistemas de responsabilidad
ampliada del productor
-
las iniciativas para cambiar la
actitud de los consumidores y "cerrar el grifo" de la producción de
plástico virgen
En palabras del
secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, los océanos y los
mares nos conectan y son nuestro sustento. Es vital cuidarlos y protegerlos,
sobre todo ahora donde la emergencia climática urge más que nunca. Es hora de
actuar frente a la contaminación por plásticos, la sobreexplotación pesquera y
los desiertos submarinos donde la vida acuática no prospera debido a la falta
de oxígeno.
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