En la era digital actual, los grandes volúmenes de datos impulsados por las nuevas tecnologías han adquirido un papel central en el mundo empresarial. Las compañías dependen cada vez más de la información para tomar decisiones estratégicas y brindar servicios de calidad a sus clientes. Según estimaciones de destacadas firmas de investigación en tecnología, como IDC y Gartner, se espera que para el año 2025 los volúmenes de datos generados por las organizaciones alcancen niveles sin precedentes estimando que estas manejarán alrededor de 175 zettabytes, lo que representa un crecimiento exponencial en comparación con los niveles actuales.
Este aumento significativo se debe a la adopción
generalizada de tecnologías como el Internet de las cosas (IoT) y la
inteligencia artificial (IA). Estas cifras muestran la importancia crítica de
contar con soluciones de almacenamiento adecuadas para gestionar y proteger
esta vasta cantidad de información.
Ante dicho panorama, es importante evaluar cómo está
hoy diseñada la infraestructura digital de una empresa y evaluar si está
preparada para acompañar los procesos de transformación de datos que demandan
las nuevas tecnologías.
Kingston Technology Company, Inc., el fabricante independiente de productos de memoria
y almacenamiento líder en el mundo, ofrece recomendaciones para elegir la
solución de almacenamiento empresarial adecuada.
En primer lugar, es fundamental comprender la
arquitectura y el diseño del sistema de la solución propuesta. Los arquitectos
de aplicaciones y almacenamiento deben plantearse preguntas clave como el
propósito de la solución de almacenamiento y la frecuencia con la que los datos
cambian. Esto les permitirá elegir y diseñar la solución más adecuada para
satisfacer las necesidades específicas de la empresa.
Otro aspecto crucial es comprender el tipo de datos
que se almacenan para tomar una decisión informada sobre el uso de
almacenamiento de bloques, objetos u archivos. Por ejemplo, en el caso de
entornos DAS y SAN, el almacenamiento en bloques es la solución más común ya
que se trata de un tipo de almacenamiento rápido, confiable e ideal para datos
que cambian continuamente, como bases de datos relacionales, servidores de
correo electrónico o infraestructura de escritorio virtual. Otro tipo es el
almacenamiento de objetos, el cual almacena datos (y los metadatos asociados
con ellos) en contenedores con identificadores únicos y se utiliza
principalmente para manejar grandes cantidades de datos no estructurados, como
correos electrónicos, imágenes de respaldo, imágenes de videovigilancia.
Así mismo, una tercera opción es el almacenamiento de archivos, el cual almacena datos en archivos, organizados en carpetas y subdirectorios, y se comparte a través de una red usando SMB (Windows) o NFS (Linux) y es ideal para centralizar archivos de almacenamiento como videos, imágenes o documentos, pero tiene una escalabilidad limitada a medida que la cantidad de datos continúa creciendo.
Después, es importante realizar pruebas de rendimiento
de almacenamiento ya que un pilar central de la evaluación de productos de
almacenamiento está en probarlos y validarlos. Los beneficios de las pruebas
son muchos desde el rendimiento mejorado de las aplicaciones y la optimización
de los costos de almacenamiento hasta la mitigación de riesgos. Algunas
preguntas que valdría la pena tener en mente al momento de realizar pruebas son:
¿Cuánto puedo mejorar el rendimiento de la aplicación implementando nuevos
productos/tecnología de almacenamiento? ¿Puedo costear la mejora del
rendimiento?
Finalmente, es importante no descuidar la parte de
soporte técnico ya que un gran producto puede verse socavado por la falta de un
equipo eficiente de soporte para ayudar a una empresa a manejar cualquier
problema que tenga durante su uso. Por ello es recomendable mantener una
relación cercana con el proveedor de almacenamiento y buscar a marcas cuya reputación
en la industria sea sólida.
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