Los últimos años las empresas han hecho de todo para lograr evolucionar con la globalización y mantenerse a flote. Sin embargo, han sido tantos los cambios a implementar en tan corto plazo, que puede volverse abrumador y difícil llevarle el ritmo de la digitalización.
Gracias a su trabajo integrado con miles de empresas, la Firma EY ha observado cómo esta disruptiva transformación de los negocios, ha traído consigo un ADN nuevo, una cultura revolucionada y una nueva forma de pensar y comportarse, que impacta el núcleo de cualquier negocio y concluye que conforme avanzan las transformaciones en los modelos de negocio, nuevas estilos de riesgo se abren para las organizaciones.
Durante los últimos dos años, por ejemplo, la cantidad de ataques cibernéticos aumentó considerablemente, el uso de tecnologías emergentes y los nuevos modelos de negocios ha expuesto a las compañías al cumplimiento de nuevas regulaciones y ha puesto en jaque a las áreas encargadas de gestionar los riesgos.
“Las organizaciones no son creadas para gestionar el riesgo, se crean para generar valor como parte de un objetivo aspiracional más amplio y, como resultado, necesitan centrarse en los riesgos que afectan directamente su propósito y estrategia empresarial. En estos últimos dos años, muchas no han logrado mantenerse al día con el ritmo cambiante de los negocios, dejando una brecha de cobertura de riesgo importante o convirtiéndose en un obstáculo para la innovación del negocio”, comentó Javier Villalobos, Associate Partner de EY para Guatemala.
Para enfrentar esta situación, es necesario un enfoque dinámico que integre a la gestión de riesgo en la primera línea de defensa de las organizaciones. ¿Por dónde empezar? Estas son algunas de las recomendaciones identificadas por EY:
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Gestión de riesgos en la nube: siguiendo un modelo distribuido de adelante hacia
atrás y que incluya identificación de riesgos, procesos, educación e informes.
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Monitoreo en tiempo real: Un aspecto esencial es la vigilancia continua y consolidada es un
aspecto esencial para identificar, con el uso de técnicas de análisis, los
riesgos conocidos y emergentes para la organización.
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Gestión de riesgo por diseño: se trata de integración del riesgo a lo largo del
desarrollo de un producto o servicio.
- Risk Analytics: Datos integrados a través de franjas de riesgo, taxonomía vinculadas y una base para herramientas de próxima generación.
De acuerdo con el especialista, la racionalización de las operaciones y el uso generalizado de la tecnología permitirán que la gestión de riesgos responda mejor a un entorno empresarial en constante evolución.
¿Qué debe resolver el futuro de la gestión de riesgos? Para EY, hay cuatro ambiciones clave que la gestión de riesgos del futuro debe alcanzar:
1. Permitir que el negocio se transforme
digitalmente, incluyendo el desarrollo de nuevos productos con controles
integrados y la adopción de metodologías ágiles.
2. Digitalizar la gestión de riesgos en sí
misma, aprovechando plataformas y capacidades de supervisión en tiempo real.
3. Gobernar para los riesgos emergentes, como
los que vienen con tecnologías crecientes como la nube, la interfaz de
programación de aplicaciones (API), el blockchain y la Inteligencia Artificial.
4. Implementar la transformación física, a través del replanteamiento de las responsabilidades bajo las tres líneas de defensa y los órganos de decisión coherentes.
Para una ejecución más efectiva y eficiente es
fundamental que esta evolucione con la transformación del negocio en su
pensamiento, enfoque y capacidad de apoyo. La práctica de gestión de riesgo no
es un deber que recae únicamente en una persona o en un departamento, es un
proceso que debe estar presente de principio a fin, es una responsabilidad
compartida. Se trata de una oportunidad para las empresas de poder evolucionar
en la digitalización de su empresa de una manera exitosa y con fluidez de una
forma integrada.
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