Migrar a la nube. Sin importar cuál sea la pregunta, esa parece ser la respuesta cuando se habla de optimizar la tecnología de una organización. Esta tendencia se ha acelerado en el 2020, aún cuando ya se esperaba un crecimiento sostenido.
De acuerdo con los pronósticos, la inversión en la nube prospectada para este año crecería un 20%. Las condiciones actuales indican que este porcentaje seguramente será mayor y se calcula que cerca del 70% de las aplicaciones empresariales están basadas en Windows.
Dicho esto, existen alternativas para migrar cargas de trabajo a nubes más eficientes como la de Amazon EC2 para Windows, la cual ofrece herramientas y servicios para gestionar, inventariar y controlar las aplicaciones de manera eficiente. Al utilizar estos servicios se puede optimizar aún más la manera en la que se ejecutan las cargas de trabajo de Windows en la nube.
“Diagnosticar correctamente el aprovechamiento en la capacidad de cómputo en la nube, implica una revisión de las distintas soluciones tecnológicas, las cuales pueden estar pulverizadas e incluir mayores gastos para licenciamientos, que se vuelven una silenciosa fuga de recursos”, afirma Luis Enrique Sánchez, Director de Wingu Networks, de KIO Networks.
En los años que tiene Wingu Networks, se ha podido ver que el ahorro que se obtiene por un buen diagnóstico de licenciamientos no es menor, sobre todo si se considera que son recursos que se pueden orientar a innovar en los modelos de negocios, mejores herramientas digitales, productos y servicios, lo que asegura la continuidad en las operaciones y la rentabilidad del negocio.
De acuerdo con datos de IDC, al utilizar adecuadamente los ambientes de Windows, hay un retorno de inversión de hasta 442% en cinco años, lo que permite que las empresas optimicen sus cargas de trabajo, reduzcan costos e incrementen su productividad y competitividad.
Este
trabajo se puede volver complejo cuando se habla de organizaciones que tal vez
no cuentan con una estructura de Tecnologías de la Información robusta o que
simplemente no tengan especialistas en la nube. Afortunadamente, cuando se
cuenta con un soporte externo, dedicado a apoyar a que empresas y organizaciones conozcan y adopten
aquellas soluciones digitales que mejor respondan a sus necesidades, la complejidad
se diluye.
La clave está en elegir aliados
neutrales, que no estén casados con ningún fabricante en específico y realmente
puedan comprometerse con los resultados, partiendo de una visión más amplia y
eligiendo las soluciones precisas. Hoy es posible gestionar mejor la
información con una nube de altas capacidades, si fuera necesario.
El hecho de que las empresas utilicen un solo sistema operativo no implica que necesiten usar una nube en específico. Con eso en mente, será una de las grandes alternativas para que las organizaciones -de todo tipo, tamaño e industria- puedan iniciar operaciones, fortalecer sus ciclos operativos y generar nuevos negocios, con el objetivo de abrir nuevos mercados.
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