Hace dos años, un sábado 15 de agosto, tres
jóvenes emprendedores abrieron las puertas de un espacio que, entre café de
especialidad y una colección selecta de libros, se ha convertido en un
importante catalizador cultural para la comunidad guatemalteca. Ana Fratti,
Stephanie Morales y Pablo Morales fundaron Watson Books&Coffee con la
intención de compartir con más personas su pasión por el café y los libros; y
en el proceso, han compartido mucho más que eso, brindando una plataforma en la
que artistas nuevos y conocidos encuentran un público fiel y constante.
Aunque siguen siendo una empresa relativamente
joven, están ya causando un impacto en la economía y sociedad de Guatemala.
Colaboran constantemente con otros emprendedores, ya sea ofreciéndoles un espacio
para exponer y vender, o utilizando sus productos en sus recetas y procesos.
Además, compran su café exclusivamente con trato directo con emprendedores
caficultores que trabajan granos de alta calidad, pagando un precio justo y
además ofreciéndoles capacitaciones y asesorías para la mejora de sus procesos
internos y externos. Firmes creyentes en la educación y su importancia en el
desarrollo de nuestro país, también apoyan a jóvenes estudiantes universitarios
con empleos de horas flexibles y salarios competitivos, con el propósito de que
puedan mantenerse estudiando y trabajando - y no uno bloquee el otro.
Como buenos emprendedores, Stephanie, Ana, y
Pablo ya están preparando qué viene después. En conjunto con Hatsu y Gronn,
comenzaron hace poco un ambicioso proyecto de responsabilidad social:
recopilación y upcycling de botellas de té. Y siempre buscan más café,
más libros, más amigos y mejores alianzas; conforme descubren y acoplan su
importancia no solo como cafetería y librería si no como catalizador cultural,
buscan la manera de continuar y mejorar su potencial como plataforma para el
talento local. “Queremos seguir siendo el ambiente que nos caracteriza, servir
el mejor café que podamos, y llevar esto a más lugares - ¡a nuevas personas!”,
indica Ana.
El día de su aniversario celebraron cada logro,
pequeño o grande, junto a su equipo y clientes. El día comenzó con una catación
de café, en la que no solo se probaron cuatro diferentes granos, si no se dio
también una pequeña explicación de los procesos que afectan el café. A mediodía
los acompañó el restaurante L’Aperó, resultando en un memorable almuerzo en el
que sus deliciosas pizzas se sumaron al menú de la casa. Más tarde el muralista
Ludwig Lux pintó un mural conmemorativo en una de las paredes - seguido de una
segunda catación, esta vez de Cerveza Xamán, quienes presentaron dos mezclas
artesanales que degustaron a todo el público. Y no dejemos el maravilloso
cierre de la noche: El Gordo, su banda, y su música alegre deleitaron a todos
con un excelente concierto.
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