miércoles, 30 de agosto de 2017

SALÓN MIGUEL RUBIO, MÁS DE MEDIO SIGLO DE EXPERIENCIA

En Agosto del 1963, en la Ciudad de Guatemala, Miguel Rubio se establece con el primer Salón de Belleza Miguel Rubio en el legendario Parque Morazán, en donde empieza una carrera de especialistas, todos familia, en belleza del cabello, rostro, uñas y muchos más.

Con 54 años de sostenibilidad, el Salón ha migrado a varias localidades durante este tiempo, llegando a establecerse hoy en la 10a avenida 20-85 zona 10, Plaza Real.

Susana María Schmid Rubio, nieta del Fundador nos comenta: ¨ Para nosotras es prioridad que el local esté lo más cerca posible del parqueo para que nuestra clientela no tenga que caminar mucho, ya sea dentro de un centro comercial o incluso en la calle, ya que la comodidad es una de nuestras prioridades. También intentamos que el lugar tenga la menor cantidad de gradas posible para evitar que nuestras clientas mayores, quienes componen una buena parte de nuestro portafolio, se tropiecen o tengan que esforzarse más para ubicarse dentro del salón. A este porcentaje de clientela que pertenece a la tercera edad, las denominamos Clientas de Oro. ¨

Para las Clientas de Oro cuentan con el servicio a domicilio, en caso no pueda presentarse en el salón por alguna enfermedad o impedimento físico.Siempre están pendientes de ellas,de modo que cuando alguna se ausenta, la llaman para saber si se encuentra bien y decirle que la esperan de vuelta cuando le sea posible visitarles nuevamente.

El Salón Miguel Rubio ofrece más que un excelente servicio al cliente, también ofrece una serie de consejos que el día de hoy comparten con las Clientas de Oro del país y revelan los secretos de cómo mantener un cabello sano y reluciente utilizando el paso del tiempo a nuestro favor. Susana Schmid, Propietaria y Experta en Belleza nos comparte:

Para las Clientas de Oro, y todas las clientas del Salón Miguel Rubio, la política de servicio al cliente consiste en conocer todo lo que sea posible de ellas. Desde su nombre completo, hasta sus preferencias en cuanto a cómo desea su café o su té intentando personalizar el servicio en todo momento.Así también intentan ir definiendo sus gustos en cuanto al cabello y demás servicios, haciendo que la clientela se sienta cómoda y en libertad de elegir con quién desea realizarse cada servicio para que, después, se tenga un precedente y se pueda organizar tiempo y recursos alrededor de satisfacer los gustos más exigentes.


Contando con miembros de la familia como clientela, como es el ejemplo de una persona que es la cuarta generación que visita exclusivamente el Salón Miguel Rubio, sabemos que nuestras etapas de cambio han culminado en excelentes relaciones con nuestro cliente interno y externo.                                                                                                                                  

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