En Agosto del 1963, en la Ciudad de
Guatemala, Miguel Rubio se establece con el primer Salón de Belleza Miguel
Rubio en el legendario Parque Morazán, en donde empieza una carrera de
especialistas, todos familia, en belleza del cabello, rostro, uñas y muchos
más.
Con 54 años de sostenibilidad, el
Salón ha migrado a varias localidades durante este tiempo, llegando a
establecerse hoy en la 10a avenida 20-85 zona 10, Plaza Real.
Susana María Schmid Rubio, nieta del Fundador nos
comenta: ¨ Para nosotras es prioridad que el local esté lo más cerca posible
del parqueo para que nuestra clientela no tenga que caminar mucho, ya sea
dentro de un centro comercial o incluso en la calle, ya que la comodidad es una
de nuestras prioridades. También intentamos que el lugar tenga la menor
cantidad de gradas posible para evitar que nuestras clientas mayores, quienes
componen una buena parte de nuestro portafolio, se tropiecen o tengan que
esforzarse más para ubicarse dentro del salón. A este porcentaje de clientela
que pertenece a la tercera edad, las denominamos Clientas de Oro. ¨
Para las Clientas de Oro cuentan con el servicio a domicilio, en caso no
pueda presentarse en el salón por alguna enfermedad o impedimento físico.Siempre
están pendientes de ellas,de modo que cuando alguna se ausenta, la llaman para
saber si se encuentra bien y decirle que la esperan de vuelta cuando le sea
posible visitarles nuevamente.
El Salón Miguel Rubio ofrece más que
un excelente servicio al cliente, también ofrece una serie de consejos que el
día de hoy comparten con las Clientas de
Oro del país y revelan los secretos de cómo mantener un cabello sano y
reluciente utilizando el paso del tiempo a nuestro favor. Susana Schmid,
Propietaria y Experta en Belleza nos comparte:
Para las Clientas de Oro, y todas las
clientas del Salón Miguel Rubio, la política de servicio al cliente consiste en
conocer todo lo que sea posible de ellas. Desde su nombre completo, hasta sus
preferencias en cuanto a cómo desea su café o su té intentando personalizar el
servicio en todo momento.Así también intentan ir definiendo sus gustos en
cuanto al cabello y demás servicios, haciendo que la clientela se sienta cómoda
y en libertad de elegir con quién desea realizarse cada servicio para que,
después, se tenga un precedente y se pueda organizar tiempo y recursos
alrededor de satisfacer los gustos más exigentes.
Contando con miembros de la familia
como clientela, como es el ejemplo de una persona que es la cuarta generación
que visita exclusivamente el Salón Miguel Rubio, sabemos que nuestras etapas de
cambio han culminado en excelentes relaciones con nuestro cliente interno y
externo.
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