En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado cada 5 de junio y promovido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la comunidad internacional se une bajo el lema #SinContaminaciónPorPlásticos para enfrentar uno de los desafíos más urgentes de nuestra era: la contaminación por plásticos desechables.
La edición 2025
del Día Mundial del Medio Ambiente hace un llamado a la acción colectiva y al
cambio sistémico para eliminar la contaminación plástica, reforzando el proceso
de negociación de un tratado global vinculante que comprometa a los países a
reducir drásticamente la producción y el consumo de plásticos de un solo uso.
Cada año, más de
11 millones de toneladas de plástico terminan en ecosistemas acuáticos, mientras
que 13 millones de toneladas adicionales se acumulan en suelos agrícolas y
urbanos, según datos del PNUMA. Si no se toman medidas urgentes, se estima que
esta cifra se triplicará para 2040, con consecuencias devastadoras para el
medio ambiente, la salud humana y la economía global.
Impacto en la
salud y la economía
“La
contaminación por plásticos ya no es un problema ambiental aislado: es una
crisis transversal que afecta la seguridad alimentaria, la calidad del aire y
del agua, la salud humana y el desarrollo económico”, expresó Sergio Izquierdo, fotógrafo, conservacionista y director
de la organización Rescue the Planet.
Diversos
estudios han identificado microplásticos en la sangre humana, cerebro, pulmones
y placenta, hayandose relacionados a problemas cardiovasculares, infartos,
problemas de atención, autismo, cáncer de mama y otros poteencialmente severos
para salud pública. El uso extensivo de plásticos desechables también
representa una carga económica: según el Foro Económico Mundial, la contaminación
por plásticos cuesta anualmente a la economía global más de $100 mil millones
de dólares, considerando impactos en el turismo, la pesca, la agricultura y la
limpieza de residuos.
El secretario
general de la ONU, António Guterres, ha sido claro: Estamos llenando los
océanos con plásticos y matando los ecosistemas de los que dependemos. Es hora
de pasar de la negligencia a la acción. Necesitamos un tratado global que
enfrente esta crisis con urgencia y responsabilidad.
Economía
circular: un modelo viable, pero no para el plástico
Ante la crisis de contaminación por plásticos, la economía circular ha sido ampliamente promovida como una vía sostenible para reducir residuos y maximizar el aprovechamiento de recursos. Sin embargo, la realidad demuestra que los plásticos desechables no se acoplan adecuadamente a este modelo.
Aunque la
economía circular busca mantener los materiales en uso el mayor tiempo posible,
en el caso del plástico la situación es crítica: De los más de 9.200 millones
de toneladas de plástico producidas en el mundo desde 1950, solo el 9% ha sido
reciclado (según datos del PNUMA y de la OCDE). Alrededor del 12% ha sido
incinerado y el restante 79% ha terminado en vertederos o en el ambiente.
Además, muchos
tipos de plástico no pueden reciclarse más de una vez, debido a su composición
química y a la contaminación por residuos alimentarios o sustancias tóxicas.
Esto significa
que, a diferencia de materiales como el vidrio, que puede reciclarse
infinitamente sin pérdida de calidad, o el aluminio, cuyo reciclaje consume
solo el 5% de la energía necesaria para producirlo desde cero, el plástico
sigue dependiendo de un modelo lineal e insostenible de extraer–usar–desechar.
Por eso,
expertos y organismos internacionales coinciden en que la verdadera solución no
es reciclar más plástico, sino producir, consumir menos y rechazarlo.
Día Mundial
del Medio Ambiente y Día de los Océanos: una causa común
El Día Mundial
del Medio Ambiente se conecta directamente con el Día Mundial de los Océanos,
que se conmemora el próximo 8 de junio. Los océanos son uno de los ecosistemas
más afectados por la contaminación plástica: cada minuto, el equivalente a un
camión de basura lleno de plásticos se vierte en ellos, con efectos
devastadores para más de 700 especies marinas.
Pero más allá de
su biodiversidad, los océanos son esenciales para la supervivencia humana:
generan más del 50% del oxígeno que respiramos, regulan el clima global, y
proveen el principal sustento alimentario para más de 3.000 millones de personas.
Protegerlos de la contaminación por plásticos no es solo una cuestión
ambiental, sino una prioridad de seguridad y salud planetaria.
De la teoría
a la acción
El Día Mundial del Medio Ambiente y el Día de los Océanos 2025 nos recuerdan que el tiempo de los diagnósticos ha terminado. Es hora de avanzar hacia acciones concretas, políticas ambiciosas y decisiones empresariales responsables. Gobiernos, empresas y ciudadanos tienen un papel que cumplir para detener esta crisis que amenaza el equilibrio ecológico y la supervivencia de futuras generaciones.
Porque un planeta #SinContaminaciónPorPlásticos
no es solo una aspiración: es una necesidad urgente, por lo que debemos de
pasar de la teoría a la acción: ¡No más contaminación por plástico!
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