Este fin de semana, cientos
de personas se presentaron a la Gran Sala Efraín Recinos del Teatro Nacional.
El público recibió con emoción a cada uno de los artistas, sabiendo que
presenciarían un espectáculo de lujo con la celebración de 45 años de un
festival que se ha convertido en tradición, tras iniciar en las tiendas Paiz.
Cuando se encendieron
las luces y sonaron las primeras notas de la marimba, la emoción fue inmediata:
comenzaba el 45 Festival de Marimba Paiz, un espectáculo preparado por
aproximadamente un año para convertirse en una experiencia inolvidable.
La primera escena
estuvo a cargo de la Marimba piloto Chapinlandia, que abrió el camino a un
viaje musical lleno de diferentes ritmos. Junto a ella, la Marimba Estrella
de Guatemala, la Marimba K’inich Ahau y la Marimba Suspiros Chapines presentaron
melodías reconocidas en cuatro géneros: Clásico, Jazz, Pop Rock y Tropical.
Bajo la dirección
musical del maestro Alian Herrera, un creador que supo tejer arreglos que
mezclaron lo solemne y lo festivo, la marimba se presentó en toda su
versatilidad.
La fuerza de las
voces y los músicos
La experiencia se
enriqueció con la participación de la banda musical: Juan Pablo Granados
(Bajo), Rossemary Aguilar (Saxofón), Otto Cano (Trompeta), Samuel Suárez
(Batería), Walter Monterroso (Guitarra) y Álvaro Reyes (Violín), quienes
añadieron frescura y nuevos colores a la marimba. El Coro Vocalis completo la
sala con armonías potentes que enmarcaron cada interpretación con emoción
coral.
Las voces de Karin
Rademann, Pedro Pablo Solís, Daniel Cano, Tita, Kathy Palma, Merme López y
Hancer aportaron intensidad y sensibilidad a un repertorio cuidadosamente
elegido. El percusionista, Fernando Pérez sumó ritmo a las presentaciones,
mientras que Hancer, con Bailando Bachata, arrancó aplausos y compartió su
entusiasmo: “Es una gran experiencia, para mí es una gran oportunidad la que
me brinda la Fundación Paiz, he tenido la oportunidad de abrirle el concierto a
Chayanne y cuando me dieron la canción supe que era la indicada” declaró
Hancer.
Además, los
asistentes pudieron presenciar otras canciones famosas como: What a Wonderful
World, Chiquitita y Stayin’ Alive, esta última acompañada por el inconfundible
baile del Lobo Vásquez, que provocó sonrisas y aplausos entusiastas.
El repertorio también
incluyó un homenaje especial al maestro Carlos Chaclán, quién fue
reconocido por su trayectoria, creación y conocimiento de los instrumentos
autóctonos, cuyos sonidos pudieron ser escuchados por los asistentes.
Gaby Moreno apadrina
premio Grace
La aparición de Gaby Moreno fue uno de los momentos más esperados y celebrados. La cantautora guatemalteca, reconocida en todo el mundo con dos Grammy Latinos y un Grammy estadounidense, interpretó El Sombrerón, como un regalo para los asistentes.
“Creo que fue un
giro inesperado ver cómo la marimba puede incorporar diversos géneros
musicales, eso me emocionó y gusto al público. Yo la he incorporado en mis
canciones y sé que le da un toque muy especial. Estoy feliz de acompañarlos en
esta 45 edición y feliz de estar en Guatemala”, expresó Gaby Moreno, tras
su actuación.
Con profunda emoción, María Regina Paiz
e Isabel Paiz de Serra, acompañadas por la madrina del galardón, Gaby Moreno,
hicieron entrega del reconocimiento a la soprano guatemalteca Adriana
González, cuya voz ha conquistado los más importantes escenarios internacionales.
Aunque sus compromisos artísticos le impidieron estar presente, el galardón fue
recibido en su nombre por el destacado músico Jacobo Nitsch, en un acto que
simbolizó no solo un homenaje personal, sino también un tributo al talento
guatemalteco que trasciende fronteras.
Así mismo se entregó el Premio a la Trayectoria Musical al maestro Dieter Lehnhoff, compositor, director de orquesta y musicólogo, cuya obra incluye óperas, sinfonías y décadas de docencia e investigación. Su vida, marcada por la disciplina, la perseverancia y la excelencia, fue reconocida con este galardón que lo consagra como un faro de inspiración nacional.
“El galardón se llama
Grace. La música fue parte integral de la vida de mi abuela y lo hemos creado
en honor a ella”, afirmó María Regina Paiz,
Presidenta de Fundación Paiz, visiblemente emocionada.
La marimba como
futuro
Para la Directora de Fundación Paiz, Sonia Hurtarte, este festival reafirma el carácter inagotable del instrumento nacional: “Una cosa importante es la versatilidad de la marimba, cómo se adapta a todos los géneros”. Esa versatilidad se sintió en cada pieza del programa, demostrando que la marimba no es solo memoria, sino también futuro.
“Estamos
conscientes de la importancia de acercar este patrimonio a las nuevas
generaciones, el festival integra propuestas que buscan mantener vivo el legado
de la marimba, inspirando a jóvenes músicos y audiencias a conectarse con este
instrumento representativo de nuestra identidad cultural”, aseguró Sonia
Hurtarte, Directora Ejecutiva de Fundación Paiz.
La Fundación Paiz ya
piensa en la 46 edición del Festival de Marimba, y mientras tanto continúa su
agenda cultural con la Bienal de Arte Paiz, que iniciará en noviembre, y el
Premio Monteforte Toledo, que se celebrará en octubre.
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