Inicialmente me
encontraba renuente hacia la pedagogía Waldorf, cuando descubrí que no
empezaban a leer hasta primaria. Quería lo mejor para mis hijos y casi todas
las personas me comentaban que mis hijos tendrían una gran ventaja en su
carrera escolar si comenzaban lo más temprano posible a leer y a escribir.
Así que empecé a
profundizar más en el tema, hablé con otros padres con hijos en colegios Waldorf
e hice algunas investigaciones. Me sorprendió lo que aprendí; estos niños empezaban
a leer en primaria pero ahora como estudiantes de secundaria, prosperaron en la
lectura y la escritura. Su comprensión
de la lectura era mejor que la de sus compañeros con otras metodologías. ¡Se unían
voluntariamente a los club´s de lectura y leían libros gigantes de 1,000
páginas! Estos niños parecían felices y mucho menos estresados que sus
compañeros en otros colegios, también descubrí que la depresión en los
adolescente, era mucho más alta en los programas académicos pesados y
tempranos, caso contrario a los estudiantes Waldorf.
En la actualidad algunos colegios eliminan de su currículo académico
las clases de música y artes, pero para la pedagogía Waldorf es vital enseñar
estas dos áreas, y esto se debe a que los alumnos desarrollan destrezas y
habilidades excepcionales.
Hablando ya como
maestra, si vemos la evolución del ser humano en la historia, el lenguaje verbal
se desarrolló primero y luego vino el lenguaje escrito, originalmente a través
de símbolos (jeroglíficos). Finalmente, una vez que hubo un lenguaje escrito,
la gente aprendió a leer. De la misma
forma pasa en Waldorf, esta es la secuencia en la que los niños aprenden el
lenguaje. En los primeros siete años de vida, el desarrollo del lenguaje verbal
es la base de los colegios Waldorf.
El idioma se enseña
a través de historias, canciones, juegos de mano, rimas y poemas. Puede parecer
un juego, pero las habilidades lingüísticas se desarrollan a largo de estas
actividades.
La repetición juega
un papel importante en el aprendizaje. Usualmente contamos la misma historia
durante 2 o 3 semanas, para ampliar su capacidad de atención, memorización y
vocabulario.
La consistencia de este
ritmo diario a través de canciones, poemas y movimientos corporales entran en
juego para la construcción de una base temprana para la lectura. Preparan su
mente para más habilidades cognitivas en el momento apropiado para su edad.
La investigación
cerebral actual confirma que la repetición ayuda al desarrollo cerebral de un
niño. Las conexiones de miles de millones de vías neuronales en el cerebro se
fortalecen a través de experiencias repetidas. El tiempo en la pantalla (TV,
películas, dibujos animados, video juegos) tiende a tener el efecto contrario.
Esa es otra de las razones por lo cual es tan importante no llenar el tiempo de
su hijo con pantallas. Esto altera los patrones del cerebro y hace que el
aprendizaje en el colegio sea mucho más desafiante.
Además de trabajar
en el desarrollo del lenguaje verbal, también se desarrollan las habilidades
motoras finas de un niño, a través de actividades como lo es dibujar, tejer con
los dedos, juegos de dedos, tijeras y coser. Esto ayuda a preparar a los niños
para la siguiente etapa del desarrollo del lenguaje: la escritura.
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