Presente mayoritariamente en personas de entre 20 y 40 años de edad[1], la Esclerosis
Múltiple (EM), es una enfermedad del sistema nervioso central que influye
negativamente sobre las funciones motoras, la sensibilidad, la palabra y la
visión.
El padecimiento afecta
con mayor frecuencia a las mujeres que a los hombres y entre los síntomas más
comunes se encuentran la fatiga, la debilidad, problemas de equilibrio, pérdida
de la vista, temblores y depresión.
La EM es una enfermedad
que presenta dos características: el deterioro de las cubiertas que aíslan a
las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal, y el desgaste en el
revestimiento que protege a los nervios, conocida como mielina (cubierta
protectora de las neuronas)
¿Qué pasa con mi cuerpo si padezco de EM?
Las causas de la EM no
se conocen con exactitud, sin embargo, es muy probable que sean de origen
autoinmune, lo que significa que el daño al nervio es causado por inflamación,
provocando que las células del propio cuerpo ataquen el sistema nervioso,
dañando cualquier área del cerebro, el nervio óptico o la médula espinal.
Para la persona
diagnosticada con EM, los síntomas de la enfermedad pueden variar dependiendo
de adónde ocurran y de su magnitud, estos pueden durar días, semanas o meses.
¿Cuáles son los principales síntomas si tengo EM?
Al ser un padecimiento
de origen nervioso, la sintomatología es diversa, pero puede ser categorizada
en: padecimientos musculares
(pérdida de equilibrio, espasmos, problemas para mover los brazos y las
piernas, falta de coordinación, debilidad en extremidades), padecimientos vesiculares e intestinales (estreñimiento e incontinencia) y problemas de ojos (visión doble,
movimiento sin control de los ojos, pérdida de visión).
Otros síntomas
presentes en pacientes con EM pueden ser: pérdida de memoria, dificultad para
razonar, depresión, mareos, dificultad de articulación y fatiga.
Las personas
diagnosticadas con este padecimiento repentinamente ven imposibilitadas sus
funciones para realizar y ejecutar su vida cotidiana, entre ellas el estudio y
el trabajo.
¿Cuáles son mis opciones?
A pesar de que la EM es
una condición que no tiene cura, existen medicamentos para tratar la EM, que
con frecuencia se toman durante un tiempo prolongado y pueden abarcar:
medicamentos para retrasar la enfermedad, esteroides para disminuir la gravedad
de los ataques y medicamentos para controlar los síntomas; como los espasmos
musculares, los problemas urinarios, la fatiga o los problemas del estado de ánimo.
Uno de los tratamientos
disponibles en el mercado, es la terapia medicamentosa, llamada Interferón
beta-1b la cual consiste en una solución inyectable que se administra en
pacientes que experimentan los síntomas por primera vez, cuando existe un
diagnóstico de EM y un riesgo alto de recaídas, y en personas que han sufrido
recaídas entre períodos sin presencia de síntomas.
¿Métodos complementarios?
No solo los
medicamentos son una opción en el tratamiento de la EM, la fisioterapia, un
programa de ejercicios planificados, un estilo de vida saludable, vitaminas y suplementos
alimenticios son alternativas que benefician el estilo de vida de una persona
diagnosticada con esclerosis múltiple.
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