La fibromialgia puede
presentar síntomas como dolor, fatiga, falta de sueño, cambios en el estado de
ánimo y dolores de cabeza, entre otros, y la edad promedio en la que se
empiezan a manifestar es entre los 30 y 50 años.
El dolor músculo
esquelético generalizado constituye el síntoma más destacado de la
fibromialgia. Por lo general, se presenta en varios lugares alrededor del
cuerpo, aunque podría iniciar en una región, tal como en el cuello y en los
hombros y después aparecer en otras áreas al cabo de un tiempo.
La mayoría de las
personas con esta enfermedad también pueden presentar
fatiga, menor resistencia a actividades que impliquen esfuerzo y la clase de
cansancio que se siente cuando se tiene gripe o cuando no se puede dormir. A
veces, el cansancio es un problema mucho más grave que el mismo dolor.
También, pudieran
existir cambios de estado de ánimo como tristeza o depresión al igual que
ansiedad. Algunos investigadores piensan que hay una conexión entre ciertas
clases de depresión y la ansiedad crónica. Sin embargo, cualquier persona con
una enfermedad crónica, no únicamente fibromialgia, puede sentirse deprimida en
ocasiones, al luchar contra el dolor y el cansancio.
Los dolores de
cabeza, especialmente aquellos causados por la tensión y las migrañas, son
comunes en quienes tienen fibromialgia. De igual forma, la fibromialgia se
asocia con dolor en los músculos de la mandíbula y de la cara (padecimiento de
la articulación denominado temporomaxilar o síndrome TMJ, por sus siglas en
inglés) o dolor miofascial (músculo esquelético) en una sola parte del cuerpo.
Nadie sabe con
seguridad la causa de la fibromialgia. Los investigadores especulan que hay
muchos factores diversos que, por sí solos o en combinación con otros, pueden
provocarla. Por ejemplo, una enfermedad infecciosa, un trauma físico o
emocional, o cambios hormonales, pueden desencadenar el desarrollo de dolor
generalizado, cansancio y trastornos del sueño que caracterizan a esta
afección.
Las investigaciones
sugieren que las personas con fibromialgia tienen niveles anormales de químicos
diversos en la sangre o en el fluido cerebroespinal, mismos que contribuyen a
la transmisión y amplificación de las señales de dolor desde y hacia el cerebro.
De igual manera, también hay evidencia de que el sistema nervioso central se
encuentra incapacitado para inhibir el dolor. Además de los informes clínicos
de los pacientes, los estudios de imagen cerebral han confirmado que cuando los
pacientes reciben cantidades pequeñas de presión o de calor, experimentan mucho
más dolor, como si el “control del volumen” estuviera puesto muy alto en el
procesamiento del dolor. Se ignora si estas anormalidades son la causa o el
resultado de la fibromialgia.
La
eficacia del tratamiento en pacientes con fibromialgia
Su médico
puede personalizar su plan de tratamiento para que se adapte a sus necesidades
específicas. Algunas personas con fibromialgia manifiestan síntomas leves y
precisan muy poco tratamiento una vez que comprenden qué es la fibromialgia y
cómo evitar los factores que la empeoran. Efectuar pequeños cambios en el
estilo de vida, como reducir el estrés o mejorar el sueño, pueden ayudar en
gran medida. Otras personas, sin embargo, requieren un programa de cuidados
completo que incluye medicamentos, ejercicio e instrucción de técnicas para
sobrellevar el dolor.
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