jueves, 7 de diciembre de 2023

La clave de la buena relación comercial entre Chile y Guatemala es la complementariedad

 

Uno de los principales desafíos abordados por ProChile en territorio guatemalteco ha sido derribar -o al menos disminuir- los paradigmas que pudiesen tener los ciudadanos de ambos países, además de identificar y descubrir nuevas oportunidades que puedan significar un beneficio para las dos naciones.

La base de la solidificación de esta relación comercial radica en un solo gran concepto: la complementariedad. Este término se traduce en no competir de forma directa ni de manera predatoria, sino en buscar posicionar la experiencia chilena de ciertas industrias en fabricación, uso de maquinaria y producción, como es el caso del aceite de oliva o la palta, de tal forma que, al aumentar la competitividad del productor local, se necesitarán de más servicios chilenos.

El incremento de las exportaciones chilenas a Guatemala a lo largo de los años responde a la apertura de la oficina de ProChile en el año 2017, momento en que las exportaciones anotaban cerca de US$109 millones de dólares, mientras que con datos de diciembre del año 2022, los envíos de Chile a Guatemala superaron los US$184 millones de dólares. Hoy en día, por citar un ejemplo emblemático, Chile es el principal proveedor de madera para el mercado guatemalteco a nivel mundial.

Con el tiempo, el mercado guatemalteco conoció la amplitud de la cartera de bienes y servicios que Chile tiene para ofrecer al país. Si bien es cierto que ambos países comparten muchos productos, la diferencia radica en que la producción de estos bienes, principalmente frutas, se da en temporadas diferentes, por lo que, al tener mayor demanda interna, se mira a Chile como un aliado estratégico para ofrecer alimentos de gran calidad a un precio competitivo.

Dentro de los principales productos que Chile exporta a Guatemala se encuentran los derivados de la industria forestal (tableros de madera, celulosa y madera aserrada y/o cepillada), cereales (harinas y almidones) y frutas como tomates procesados, manzanas y uvas. Con estos datos, más la introducción de nuevos productos (naranjas y kiwis, por ejemplo), estimamos cerrar el 2023 entre US$200 y US$210 millones de dólares.

La avena es uno de los productos más destacados dentro de los importados por el mercado guatemalteco con números que aumentaron en los últimos cuatro años de US$ 250 mil a US$24 millones de dólares, trabajo que se logró con un enfoque de atención al empresariado local que le permite producir derivados o complementarios como cereales y barras.

El siguiente paso en el desarrollo de la estrategia de complementariedad, es potenciar que Chile abastezca al mercado local no sólo en el sector alimenticio, sino en otras industrias como en la farmacéutica, química, servicios tecnológicos, empaques o productos para el agro. Hacia ese objetivo dirigimos nuestros esfuerzos y ahí estará nuestro foco para el año 2024.

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