En el marco del Día Internacional de la Defensa del Ecosistema Manglar (26 de julio), establecido por la UNESCO desde 2015, el Instituto Nacional de Bosques (INAB) resalta la importancia estratégica de los manglares, los cuales se distribuyen a lo largo de los litorales guatemaltecos como ecosistemas clave para la vida, el desarrollo y la resiliencia climática.
Estos
extraordinarios sistemas naturales, ricos en biodiversidad, son vitales para
las comunidades marino-costeras: proveen medios de vida como alimentos y
materiales para la construcción de viviendas, generan empleo y brindan
protección frente a tormentas e intrusión salina, al tiempo que sostienen la
productividad de los suelos para actividades agrícolas y la seguridad de
nuestras costas.
En
Guatemala, los manglares se ubican en ocho departamentos: San Marcos,
Retalhuleu, Suchitepéquez, Escuintla, Santa Rosa, Jutiapa, Izabal y Petén, con
una cobertura estimada de 25,084
hectáreas. Además de funcionar como auténticas guarderías marinas que
ofrecen refugio a especies en crecimiento, también son pilares de estabilidad
económica para miles de familias.
organizaciones
no gubernamentales, academia, empresas privadas y entidades gubernamentales
para la recuperación de áreas degradadas o deforestadas. A la fecha, existen
más de 450 hectáreas de bosque en
proceso de recuperación.
El INAB
trabaja con 52 socios estratégicos para restaurar más de 2,700 hectáreas en la costa sur, abordando no solo manglares, sino
también otros sistemas boscosos como agroforestales, ribereños, secos, mixtos,
latifoliados y de coníferas. Esta labor permite reducir la presión sobre los
manglares y contribuir a la reconstrucción de paisajes resilientes.
“Reafirmamos
nuestro compromiso de proteger, restaurar y valorar los manglares como
ecosistemas vivos que nos nutren, nos cuidan y nos conectan con la naturaleza.
Porque conservar manglares es conservar vida”, indicó César Zacarías, encargado
de manglares del INAB.
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