América Latina no representa una amenaza para el mercado estadounidense. Por el contrario, la región siempre ha sido un impulsor del desarrollo en las Américas y un defensor del comercio justo.
Acciones como la anunciada por Estados Unidos, lejos de resolver los desafíos globales derivados del exceso de capacidad siderúrgica-principalmente atribuible a China y otras economías del sudeste asiático-, debilitan las cadenas de valor regionales que se han construido durante décadas entre América Latina y Estados Unidos.
Algunos países de la región reciben de Estados Unidos más acero del que exportan, lo que hace aún más injustificable esta medida. Incluso, algunos como México o Brasil abastecen segmentos críticos de la demanda industrial estadounidense, que no podrán ser cubiertos localmente en el corto plazo.
Desde Alacero reiteramos nuestro llamado a consolidar una cadena regional de abastecimiento entre América Latina y Estados Unidos, que fortalezca la competitividad de ambas regiones frente a prácticas desleales de comercio, como los subsidios distorsivos y la sobreproducción asiática, que afectan la estabilidad y desarrollo de la industria regional. Así como ocurrió en 2018, creemos que tenemos la capacidad de demostrarle al gobierno de Estados Unidos que la mejor estrategia es reducir los aranceles a los países de América Latina.
Reafirmamos nuestra disposición al diálogo con gobiernos, empresas y organizaciones para impulsar soluciones constructivas que prioricen el desarrollo regional y el fortalecimiento de industrias estratégicas como la del acero, que genera 1,4 millones de empleos directos e indirectos en América Latina y produce con una de las menores huellas de carbono del mundo.
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